Por Jeniffer Varela Rodríguez

Cuando Tatiana Robles ideó un proyecto para sus estudios universitarios, no pensó que el nombre de esa creación marcara el inicio de su nombre como diseñadora. En días pasados la diseñadora barranquillera abrió la tienda de su propia firma, que bautizó tal y como aquella tarea de estudiante: Laetitia.

Tatiana tiene 26 años y es egresada del Instituto Europeo di Design. Es dueña de un talento innegable no solo para el diseño de prendas, sino para la composición de ideas en general en torno a la moda.

Cuando terminó sus estudios comenzó a pensar en la idea de su propia marca y se dio a la tarea de pensar en todo un concepto alrededor de Laetitia. El resultado es lo que Melissa y yo pudimos ver y palpar en la tienda:  un espacio donde se respira moda y sofisticación. Cada uno de los objetos que se ven en esta pequeña boutique (ubicada en la carrera 51b con calle 84, en los locales comerciales de la estación Petromil) tiene una historia. Pareciera más bien el cuarto de una niña soñadora, que por supuesto invita a soñar.

Las prendas son acordes a lo que se ve en la moda del mundo, sin dejar a un lado la esencia que tenemos todas las mujeres nacidas en el caribe. Siluetas limpias y definidas, colores y telas frescas adecuadas para llevar en cualquier ocasión.

Tatiana asegura que su firma es la espalda. Su ropa cumple la premisa de impactar al dar la vuelta.

Los accesorios fueron en parte mis favoritos. Son escogidos por Tatiana en Nueva York, donde compra pocas piezas de cada modelo para dar más exclusividad.

¿Lo mejor de Laetitia además de su original nombre (que hace referencia a una mujer que la historia dice era tocada por los dioses) y sus prendas con espaldas cautivantes? Los precios. Ropa y accesorios que todas podemos comprar sin parar. 

Por Jeniffer Varela Rodríguez

El pasado sábado se llevó a cabo una nueva versión de los premios Tv y Novelas, en donde la farándula colombiana en pleno se presentó para lucir sus ‘mejores’  galas y recibir los galardones votados por el público para sus producciones televisivas favoritas.

Los que estamos pendientes más de la alfombra roja que de los premios en este tipo de ceremonias estábamos expectantes ante lo que podíamos ver, aunque casi todos (y no tengan sentimiento de culpa al admitirlo) esperábamos lo peor. Y aunque en su mayoría esa expectativa se cumplió, también hubo cosas que rescatar y que deben enseñarse a las mujeres de este país, que en gran número siguen convencidas que la suma entre brillante, apretado y súper escotado es igual a sexy. No lo es.

En términos generales fue un evento al que le faltó más glamour, pero con el que se pueden hacer muchas cosas si los invitados ponen un poquito más de empeño (como hacer caso al código de vestuario). Sin más preámbulos aquí va mi selección muy personal (tomando algunas sugerencias de Melissa) de los mejores, los peores y los vestidos que no deberían existir. Además incluyo un capítulo aparte para quienes con un poquito de esfuerzo lo hubieran logrado.  

Fotos tomadas de E! Online y Twitter de Tv y Novelas (Recuerden que es posible verlas mayor tamaño haciendo clic en ellas)

Mejor vestidas

Las tres primeras de esta lista me parece que lograron proyectar la imagen correcta. Stephanie Cayo fue perfección caminando por la alfombra roja. Un vestido sobrio, con la tendencia de los cut-outs bien definida y repartida por el vestido y el toque audaz del clutch de ‘animal print’. El peinado y maquillaje fresco la complementaron.
Cristina Hurtado puso el toque ‘wow’ de la noche con su vestido de Andrés Pajón. No estoy de acuerdo con los que dicen que era demasiado, captó miradas a su paso.
Kimberly Reyes fue el ejemplo perfecto de que el escote bien usado es muy sexy. Ella es una  mujer atractiva y lo sabe, por lo que le sacó provecho a sus atributos sin ser vulgar.

Alejandra Azcárate preciosa en blanco de Ralph Lauren. No fue mi mejor vestida porque la embarró con los otros dos looks que usó durante la noche. Me quedo con esta estampa.
Margarita Reyes en Carolina Herrera fue un ejemplo de sobriedad con su color cobalto y mejoró en cantidades industriales con respecto a otros años.

Y por último, una mención muy especial para Connie Hernández. Me encanta que las mujeres de tallas grandes sepan vestir su figura y verse tan glamurosas como las más flacas. Muy bien.

Mejor vestidos

John Paul Ospina en traje de Ermenegildo Zegna y zapatos de Salvatore Ferragamo, buen ajuste y calidad en el vestir. Juan Pablo Espinosa, buenas proporciones y clase. Así deben quedar los trajes de hombre. 

Las peores

Natalia Durán, un ejemplo de que mostrarlo todo no es sexy (y esa parte de tu cuerpo claramente tampoco lo es).
Mónica Fonseca en Olga Piedrahita, aburrida por la combinación de palo de rosa con encaje y marrón, esperé algo más audaz y que se diviertiera con su embarazo.
Jessica Cediel, tu flor no le gustó a nadie y cuando uno tiene que dar ejemplo, lo piensa mejor. ¡Hay que confiar en un estilista, chica!
Ana Wills en Leal Dacarett, un gran NO. No nos gustó en Fergie y en tí tampoco. Los guantes, las plumas, el maquillaje y la actitud de “no quiero caminar por aquí”. Demasiado.

El peor

Fabián Mendoza, una vez más: ser el presentador te obliga a dar el ejemplo. El saco no te hace intelectual ni el sombrero te hace cool. En serio.

No deben existir

Johanna Bahamón ¡por Dios! El look es demasiado y sabemos que te cortaste el cabello por una buena causa pero no estabas obligada a llevarlo así, mesura por favor.
Danna Sultana, no sé mucho de ti pero con este vestido no quiero saberlo tampoco. Creo que una de las Dreamgirls está buscando su vestido.
Lady Gaga, la de Yo me llamo, ¿por qué estabas ahí, en primer lugar? Sabemos que imitas a la Mother Monster, pero tampoco.

Y caaaasi lo logran

Julieta Piñeres, todo era perfecto hasta que vimos hacia abajo ¿por qué? El largo del vestido estaba lógicamente mal y los zapatos no eran exactamente los ideales. Mal.
Sara Corrales tenía un Andrés Pajon con todo para brillar y llega bronceada del mismo color del vestido, parecía de fondo entero. El bronceado se ve bonito, pero no en grandes cantidades.

Michelle Rouillard (perdonen la calidad de la foto) usó un vestido de lunares, cosa que celebro, pero al que le faltó el saltó de vestido de matrimonio a uno de alfombra roja.

Solo nos queda esperar al próximo año, a ver con qué nos sorprenden. ¿Para ustedes cuales fueron sus elegid@s?