CNTM: todo lo que esperábamos, ¡y peor!

Por Jeniffer Varela.

Antes de comenzar, hay que confesar que Melissa, casi toda la gente que conocemos y yo, estábamos anestesiados. Sabíamos cómo iba a ser el casting, las modelos y demás, pero había una pequeña (muy diminuta en realidad) esperanza de que algo no fuera como lo habíamos previsto. Pero no, pasó exactamente todo lo que pensábamos.

Fotos: Canal Caracol

Colombia’s Next Top Model arrancó con un breve video de las aspirantes caminando por la calle y siendo silbadas por albañiles, cuánta clase. Luego, nos presentaron a Franklin Ramos, de quien nos contaron su larga trayectoria, pero salió arreglándole el cabello a Natalia París (¿coincidencia con la estética del programa?). Luego vino la presentación de Carolina Guerra a lo Tyra Banks (y con un maquillaje bastante cargado), en la que le dio la bienvenida a las concursantes con una prueba igual a la del primer ciclo de la versión americana: tenían que vestirse en un ascensor y presentarse a una sesión de fotos relámpago. 

Esta imagen estuvo seguida por un grupo de albañiles silbando a las participantes.
Está clarito a qué audiencia quieren llegar. 

Hasta ahí el asunto no era tan grave. Pero inmediatamente después, nos presentaron a Raúl Higuera, jurado y encargado de hacer las primeras fotos de las 20 participantes. Aquí fue donde, como diría mi abuela, la puerca torció el rabo. ¡Que alguien me explique cómo es posible que un fotógrafo le pida a sus modelos que se tiren al piso y rueden, use la palabra “adrenalínica” y además le parezca “regio” y “cool” ese montón de mujeres poniendo cara de sexo en todas las fotos! 

La indignación no me duró mucho porque Carolina se encargó de recordarles a todas las jóvenes que el premio para las cuatro finalistas era “un contrato millonario” como Chicas Águila. Y díganme loca, pero vi cara de decepción en más de una. Nada de contratos con agencias, ni portadas de revistas, como en la versión original. No señor, Chicas Águila. 

Y que nadie piense que tenemos algo en contra de la cerveza y de la marca. Pero ya habíamos dejado claro en un post anterior que la estética que maneja esta archifamosa campaña es la de la mujer voluptuosa que todos los hombres quieren tener en sus calendarios, garajes y puertas de clóset. Algo que, yo creo, no está en los ideales de Tyra Banks, Naomi Campbell, Cara Delevigne o Natalia Vodianova, todas (con algunas épocas de diferencia) renombradas y verdaderas top models.

De ahí en adelante hubo por supuesto mucho más que comentar. El desfile en “trajes de gala”, que no sé dónde estaban porque yo no vi ninguno, junto con los de ropa casual y vestidos de baño. Al menos Kika Rocha y María Luisa Ortíz fueron duras con sus comentarios y les dijeron a todas lo que pensaban. Aquí, hay que hacer una mención especial a Ma. Luisa por mandar a una a desfilar “jeans levanta cola”, una forma épica y diplomática de decirle a la niña que es una guisa.

El ‘desafío’ final del programa fue la grabación del cabezote del concurso (que quedó bastante feo), liderado por un director que les pedía a las chicas, entre otras cosas, que se volvieran “más plásticas”. Nadie entendió. Y al final, se reunieron los cuatro jurados a decidir las 15 que pasaban a la competencia. Gracias a Dios, la del jean levanta cola no pasó el primer filtro. 

Entre las muchas cosas que leí en las redes sociales mientras pasaban el capítulo, noté con agrado un gran desacuerdo entre muchos de los espectadores que saben que de ese casting solo podrían salir unas cuantas modelos con una instrucción y un premio de envergadura, no ese que les están ofreciendo. Además, muchos coincidieron (gracias al cielo) con mi opinión personal contraria a la de Kika Rocha, quien dijo que Colombia estaba bien representada ahí. Kika, lo siento mucho, pero yo como mujer colombiana no siento que la belleza de mi país, que es mucha, esté plasmada en esas mujeres que, no son feas, pero no representan ni un cuarto de la diversidad que hay aquí. 

El jurado dice que busca a la próxima estrella de las pasarelas. Nosotros no les creemos nadita.
El problema no es el concurso, ni el premio. El problema es que le estamos vendiendo al país un concepto de top model totalmente alejado en la realidad. Porque en Colombia no hay top models, y porque el último deseo de una modelo real es verse en una campaña de cerveza.

Para concluir, hay que decir que CNTM era todo lo que esperábamos: el prototipo de la ‘modelo’ voluptuosa que aparece en las campañas de alcohol y los cuadernos. Y no estamos diciendo que estas mujeres sean feas, porque no es cierto, pero de esas niñas a lo sumo tres podrán tener futuro en las pasarelas y eso, si salen rápido de ahí. Es realmente triste que en lugar de darnos una bofetada en la cara con un formato bien presentado, nos hayan dado la razón con un programa que hará que Tyra Banks quiera venir a matarnos a todos.

Pero al final nada importará, porque ellas tendrán su contrato y, así como vamos, el canal tendrá su rating. Solo nos queda el consuelo de que la mayoría, como nosotros, estará esperándolo para reírse nada más.

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en lo que dices, la verdad es que el solo comercial del programa, mostraba lo que vendria mas adelante. Vi un comentario en Twitter, que decia que las participantes no eran bonitas. Que a decir verdad, algunas de las que han ganado ANTM no son ningun Adonis, pero que por la prominencia facial,tiene un toque mas high fashion..Pero lo que me parece ridiculo tambien es el premio, no hay necesidad de participar en un reality para ser chica aguila. Solo se necesita ser el clon de Yayita, tener senos y nalgas super grandes...P.S. Me hiciste reir, con lo de los albañiles. jejeje...Excelente post.

    Karen,
    http://hablemosfashion.blogspot.com

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  2. Genial como siempre.
    Este blog me encanta...
    sigan con más de CNTM!!
    saludos

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  3. El cabezote de la versión mexicana de 2001

    http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=A7_354lpX1U&NR=1

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