Barranquilla Fashion Week: la "tercera" no fue la vencida
Por Melissa Zuleta Bandera
Vuelve y juega Barranquilla Fashion Week. Cuando apenas estaban anunciando el evento de este año, su segunda edición para ser exactos (la "primera" fue técnicamente un lanzamiento), repetía en mi cabeza "por favor, que hayan mejorado".
A diferencia de lo que algunos pueden pensar, no le deseamos fracaso a esta iniciativa. Somos entusiastas de la moda, por lo que queremos que todo proyecto que nazca en Barranquilla alrededor de esta industria, prospere.
Sin embargo, hay que ser honestos, resaltando lo que valió la pena y lo que hay que lamentar.
Lo bueno
Hay que admitir que fue una grata sorpresa ver en la programación a diseñadores y marcas con renombre, de las que se sabe uno podrá ver prendas de calidad en pasarela, con conceptos claros y definidos, con una narrativa, una voz.
El nombre que más nos alegró leer fue el de Lía Samantha. Luego de su participación en la pasarela Non Stop de Colombiamoda este año, la diseñadora bogotana con raíces en el Chocó ha sido la sensación. Sus diseños mezclan los orígenes africanos con siluetas modernas y se destaca su estupendo uso del color.
En la pasarela barranquillera, Lía Samantha mostró su nueva colección, Color Flow, donde nos mostró más de sus impactantes prendas, elaboradas con todo el cuidado del caso. Fue el cierre de BQFW y no era para menos.
Marcas como Pilatos o Bendita Seas están ya establecidas y organizadas, no es una sorpresa que mandaran prendas bien hechas y con un ADN claro, al igual que alguien con la trayectoria de Ketty Tinoco, que no por nada es conocida como la Dama del Lino.
También disfrutamos la pasarela de Daniella Batlle, quien presentó hermosos estampados propios en siluetas interesantes y modernas. Nos recordó un poco, pero no demasiado, a lo que mostró Polite en Colombiamoda 2013.
Otros que vale la pena resaltar son Mía Mulata by Mónica Matamoros (diseños interesantes y mejor hechos que muchos de los que salieron en pasarela) y los trajes de baño de José Amarís, que se alejaron un poco de lo mismo que proponen todas las marcas de beachwear y propuso un trabajo llamativo a base de tejidos.
Lo malo
A pesar de que se nota que intentaron mejorar el asunto de los accesos a pasarela dividiendo la entrada y la salida, el equipo organizador aún no logra controlar al público. A estas alturas deberían saber que en esta ciudad la gente tiende a desbocarse (ejemplo: la mayoría de eventos de Carnaval). Continuaron con el formato de desfiles en bloque, y cuando llegó la hora de que el personal dejara la pasarela se formaba un tumulto terrible que volvía todo un caos.
Aún peor era entrar. En vez de una fila organizada, los asistentes se aglomeraban en una masa humana justo en el acceso. Por si no se dieron cuenta, se los explicamos aquí: la gente no se va a organizar sola porque siempre tienden al caos, tienen que imponer autoridad y control sobre el personal que asiste a su evento.
Pero bueno, es mucho pedir considerando que ellos mismos, los organizadores, aún tienen que mejorar: las pasarelas empezaron tarde. El primer día hubo cerca de una hora y media de retraso, y eso es una falta de respeto con los asistentes, así hayan pagado o no por la boleta. De todas formas, seguimos considerando que un evento en el que las boletas se reparten en restaurantes y discotecas no puede exigir mucho de su público.
Y ya hablando de lo que se mostró en pasarela, con algunas excepciones ya mencionadas y otras que se nos escapan, en general la calidad de las prendas, nuevamente, dejó mucho que desear. Nos sigue pareciendo inadmisible que permitan a un diseñador mandar piezas mal cosidas y mal planchadas, habla mal del trabajo de "curaduría" que los organizadores deberían hacer previo a mostrar algo en un desfile, porque ropa de mala calidad no solo hace ver mal al diseñador sino a todo el evento. Como trinó nuestro amigo, el fotógrafo Jose Luis Ruiz: "apoyar la moda no es poner a un diseñador en la pasarela para que haga combustión espontánea". Se necesita selección, disciplina y conocimiento para armar un evento así.
También me sorprendió la cantidad de desfiles que no mostraban colecciones sino prendas sueltas, inconexas, como cuando alguien viene del exterior con una maleta llena de ropa para vender. No eran desfiles de moda, eran desfiles de ropa, y eso no construye industria.
Además, un detalle que tal vez no muchos notaron: en la mayoría de los desfiles las modelos tenían los mismos zapatos, y era claro que los habían llevado ellas mismas. Dejaré que ustedes mismos juzguen eso.
Finalmente, el asunto de la música. Este año nuevamente decidieron incluir artistas para "abrir" cada bloque de pasarelas. Entendemos que es un tema tanto de patrocinio (por parte de Sony Music) como de llamar más público. El problema es que ese hecho le quita la seriedad como evento de moda. No lo decimos nosotras: la comunidad de entusiastas de la moda a nivel nacional vio extrañada -en el mejor de los casos- y horrorizada -en el peor- que un cantante tomara la pasarela como su fuera escenario para un "toque".
El mensaje que la moda no es suficiente, por eso hay que poner a gente a cantar y stands de salas de estética, muebles, constructoras y cervezas. Y eso es algo muy triste. Al menos Cali Exposhow es una feria también de belleza y salud, pero lo que ofrece de estas dos industrias es mucho más que una serie de stands.
Para cerrar, y esto es algo de gusto meramente personal, nos pareció absolutamente horroroso que hubiera lugar en la pasarela para esto:
En nuestra opinión particular -que es al fin y al cabo lo que refleja este blog- esto no es moda ni es tendencia, es simplemente espantoso.
Como conclusión, nos alegra que se hayan
visto mejores cosas este año, sí, pero no podemos mentir: todavía falta mucho para consolidar este como un verdadero y serio evento de moda. Suponemos que es mejor ir avanzando de a poco que no avanzar en lo absoluto, pero no se puede tapar el sol con un dedo: el camino que queda es largo.
Vuelve y juega Barranquilla Fashion Week. Cuando apenas estaban anunciando el evento de este año, su segunda edición para ser exactos (la "primera" fue técnicamente un lanzamiento), repetía en mi cabeza "por favor, que hayan mejorado".
Fotos: Carlos Cruz y BQFW. |
A diferencia de lo que algunos pueden pensar, no le deseamos fracaso a esta iniciativa. Somos entusiastas de la moda, por lo que queremos que todo proyecto que nazca en Barranquilla alrededor de esta industria, prospere.
Sin embargo, hay que ser honestos, resaltando lo que valió la pena y lo que hay que lamentar.
Lo bueno
Hay que admitir que fue una grata sorpresa ver en la programación a diseñadores y marcas con renombre, de las que se sabe uno podrá ver prendas de calidad en pasarela, con conceptos claros y definidos, con una narrativa, una voz.
El nombre que más nos alegró leer fue el de Lía Samantha. Luego de su participación en la pasarela Non Stop de Colombiamoda este año, la diseñadora bogotana con raíces en el Chocó ha sido la sensación. Sus diseños mezclan los orígenes africanos con siluetas modernas y se destaca su estupendo uso del color.
En la pasarela barranquillera, Lía Samantha mostró su nueva colección, Color Flow, donde nos mostró más de sus impactantes prendas, elaboradas con todo el cuidado del caso. Fue el cierre de BQFW y no era para menos.
Marcas como Pilatos o Bendita Seas están ya establecidas y organizadas, no es una sorpresa que mandaran prendas bien hechas y con un ADN claro, al igual que alguien con la trayectoria de Ketty Tinoco, que no por nada es conocida como la Dama del Lino.
Bendita Seas. |
También disfrutamos la pasarela de Daniella Batlle, quien presentó hermosos estampados propios en siluetas interesantes y modernas. Nos recordó un poco, pero no demasiado, a lo que mostró Polite en Colombiamoda 2013.
Otros que vale la pena resaltar son Mía Mulata by Mónica Matamoros (diseños interesantes y mejor hechos que muchos de los que salieron en pasarela) y los trajes de baño de José Amarís, que se alejaron un poco de lo mismo que proponen todas las marcas de beachwear y propuso un trabajo llamativo a base de tejidos.
Mía Mulata by Mónica Matamoros. |
Mía Mulata by Mónica Matamoros. |
José Amarís. |
José Amarís. |
Lo malo
A pesar de que se nota que intentaron mejorar el asunto de los accesos a pasarela dividiendo la entrada y la salida, el equipo organizador aún no logra controlar al público. A estas alturas deberían saber que en esta ciudad la gente tiende a desbocarse (ejemplo: la mayoría de eventos de Carnaval). Continuaron con el formato de desfiles en bloque, y cuando llegó la hora de que el personal dejara la pasarela se formaba un tumulto terrible que volvía todo un caos.
Pero bueno, es mucho pedir considerando que ellos mismos, los organizadores, aún tienen que mejorar: las pasarelas empezaron tarde. El primer día hubo cerca de una hora y media de retraso, y eso es una falta de respeto con los asistentes, así hayan pagado o no por la boleta. De todas formas, seguimos considerando que un evento en el que las boletas se reparten en restaurantes y discotecas no puede exigir mucho de su público.
Y ya hablando de lo que se mostró en pasarela, con algunas excepciones ya mencionadas y otras que se nos escapan, en general la calidad de las prendas, nuevamente, dejó mucho que desear. Nos sigue pareciendo inadmisible que permitan a un diseñador mandar piezas mal cosidas y mal planchadas, habla mal del trabajo de "curaduría" que los organizadores deberían hacer previo a mostrar algo en un desfile, porque ropa de mala calidad no solo hace ver mal al diseñador sino a todo el evento. Como trinó nuestro amigo, el fotógrafo Jose Luis Ruiz: "apoyar la moda no es poner a un diseñador en la pasarela para que haga combustión espontánea". Se necesita selección, disciplina y conocimiento para armar un evento así.
También me sorprendió la cantidad de desfiles que no mostraban colecciones sino prendas sueltas, inconexas, como cuando alguien viene del exterior con una maleta llena de ropa para vender. No eran desfiles de moda, eran desfiles de ropa, y eso no construye industria.
Además, un detalle que tal vez no muchos notaron: en la mayoría de los desfiles las modelos tenían los mismos zapatos, y era claro que los habían llevado ellas mismas. Dejaré que ustedes mismos juzguen eso.
Finalmente, el asunto de la música. Este año nuevamente decidieron incluir artistas para "abrir" cada bloque de pasarelas. Entendemos que es un tema tanto de patrocinio (por parte de Sony Music) como de llamar más público. El problema es que ese hecho le quita la seriedad como evento de moda. No lo decimos nosotras: la comunidad de entusiastas de la moda a nivel nacional vio extrañada -en el mejor de los casos- y horrorizada -en el peor- que un cantante tomara la pasarela como su fuera escenario para un "toque".
El mensaje que la moda no es suficiente, por eso hay que poner a gente a cantar y stands de salas de estética, muebles, constructoras y cervezas. Y eso es algo muy triste. Al menos Cali Exposhow es una feria también de belleza y salud, pero lo que ofrece de estas dos industrias es mucho más que una serie de stands.
Para cerrar, y esto es algo de gusto meramente personal, nos pareció absolutamente horroroso que hubiera lugar en la pasarela para esto:
Drews Male. |
En nuestra opinión particular -que es al fin y al cabo lo que refleja este blog- esto no es moda ni es tendencia, es simplemente espantoso.
Como conclusión, nos alegra que se hayan
visto mejores cosas este año, sí, pero no podemos mentir: todavía falta mucho para consolidar este como un verdadero y serio evento de moda. Suponemos que es mejor ir avanzando de a poco que no avanzar en lo absoluto, pero no se puede tapar el sol con un dedo: el camino que queda es largo.
punto negativo:esa pieza masculina es un total horror.
ResponderEliminarpunto positivo: el joven tiene un lindo trasero!
Totalmente de acuerdo con esta columna. Estuve allí y pude evidenciar todo lo descrito.
ResponderEliminarNo dudo lo que se dice aquí, algunos desfiles como Plataforma K con mas trayectoria,aun no alcanzan el perfil necesario.
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