Moda por la Paz, poniendo un granito de arena con esperanza

Por Jen.

No, este post no viene a hablar de política... pero sí será un espacio para hablar de un acontecimiento que nos toca a todos y del que todos podemos hacer parte si queremos.

Fotos: Cortesía

La idea comenzó con un tuit. Con un 'Sí'. Con ganas de hacer algo por un sentir muy arraigado pero al que no le veíamos mucho camino. Recuerdo que un día Beatriz Arango, admirada y querida periodista de moda, comenzó a preguntar a sus amigos en las redes sociales si querían unirse en un movimiento para hacer algo, para alzar una voz. Fuimos sumándonos de a poco y así nació el Colectivo Sí - Moda por la Paz, que busca no solo inspirar sino crear piezas que inviten a la reconciliación y al perdón.

Algunos de los miembros del colectivo en Medellín.
Cada uno aporta desde lo que tiene, dijo Joaquín Camargo, quien hace parte de este movimiento. Y así lo pensamos todos, por eso nos reunimos diseñadores, periodistas, blogueros, influenciadores, artistas. Y cada uno aportó desde lo que sabe hacer. Los más creativos decidieron inspirarse en la idea de paz, acariciarla en sus mentes y verla convertida en una pieza de sus diseños. Los demás, como estamos hechos para comunicar, nos unimos para mostrar el mensaje al mundo.

El mensaje comenzó a circular en algunos medios de comunicación (aquí les dejo las imágenes de lo que fue mi artículo para ¡HOLA! Colombia) y el pasado 26 de septiembre, a tono con el día en que se formalizaba la firma del acuerdo de paz en Colombia, nos reunimos en simultánea en el restaurante El Cielo, en sus sedes de Bogotá y Medellín, para presentar algunas de las creaciones que resultaron de esta iniciativa. Nombres como los de María Luisa Ortiz, Diego Guarnizo, Juan Pablo Socarrás, Barajas Marín, Misha Shoes, Sebastián Jaramillo, Biónica, Paprika Pepper Me y muchos más estuvieron presentes. Cada uno de ellos entregó su aporte para visualizar la paz y darle voz a su pensamiento. Hubo desde camisetas hasta anillos, pasando por pañoletas, pines, collares y zapatos, todos con una particularidad especial.

Como ciudadana y comunicadora sentí una necesidad no solo de unirme a este colectivo, sino de hacerlo de manera muy activa. A través de él hemos podido emocionarnos con la firma del acuerdo, con todas las manifestaciones de apoyo, tratar de hacer pedagogía sobre la importancia del voto pero también sobre la importancia de confiar en una solución diferente, de mantener la esperanza, de perdonar.



El día del evento, por ejemplo, conocimos al soldado Ruben Darío Romero, quien perdió una de sus piernas en un campo minado cuando solo tenía 20 años e ingresó a la Fundación El Cielo para aprender técnicas de cocina, algo que se convirtió para él en un trabajo de tiempo completo. Ahora, además de trabajar en la cocina de este exitoso restaurante, colabora en la organización capacitando tanto a otros soldados como a desplazados y desmovilizados, en un ejercicio excelso de verdadera integración.

Piezas de Sebastián Jaramillo, con balas recuperadas del conflicto. 

Collar de Paprika Pepper Me.

La moda puede seguir pareciendo superficial para muchos, pero como una de las industrias que aporta mayores ingresos y generación de empleo en el país (más de 550.000 empleos, más del 2% del PIB y cerca de 130 millones de dólares en exportaciones, según cifras entregadas por Camilo Herrera, director del observatorio Raddar Group Moda) está llamada a no solo alzar la voz, sino a implementar proyectos que puedan apostar a la reconstrucción de una sociedad que necesita perdonarse más hoy que nunca.

Creaciones de Fabularia, Biónica, Misha Shoes, Paprika y Soul Intimates, entre otros.

"El mundo necesita más amor", dice Biónica. Y yo estoy de acuerdo.

Ya hemos visto muchos proyectos de moda que están involucrando víctimas del conflicto, desplazados y desmovilizados (si no les han echado ojo a algunas de las propuestas pueden ver los blogs de Ita María y Diana Lunareja) y que pueden ser de gran ayuda si logran replicarse y convertirse en un modelo sostenible.

Como dije al principio, este post no busca ser político y convencer de un voto por un lado y otro. Nuestra intención es mostrarles las muchas caras que tiene la esperanza, que tiene el sí, y cómo la moda que tanto nos apasiona puede ponerse del lado del avance, como industria e inspiración.

Si les gustaron algunas de las piezas pueden preguntarnos dónde conseguirlas (casi todas están a la venta en este momento). Quedamos en deuda de hacer un gran evento donde también puedan comprarlas todas. ¿Se animan a apostarle a la paz?



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