Y pues… hablemos de los Grammy
Por Jen
Esto cada año se pone peor. Cada año, por los últimos cinco que hemos escrito de los Grammy, las cantantes se esmeran menos o se vuelven más locas, ninguna de las dos cosas nos cuadra.
Estos premios tienen una particularidad: el dress code es bastante flexible, porque en realidad no se trata de drama, como en los Óscar, sino en verse cool. Se supone que a los Grammy va a la gente con más onda en el mundo… pero nada que nos sorprenden. Este año, como dijo Melissa, absolutamente nadie fue bien vestido. Por eso decidimos no hacer nuestra lista de mejores y peores, sino hablar de las que había que hablar. Para bien o para mal… allá vamos.
Beyoncé en Peter Dundas (dos veces)
Por supuesto, la más esperada de la noche no pasó por la alfombra roja (se llama hacer crecer la expectativa, people). Todos esperábamos a Queen B con algo espectacular, pero creo que esto nos dejó con la boca abierta y no necesariamente para bien. En el escenario, la cantante nos mostró todo el esplendor de su embarazo en un conjunto de tanga dorada y luego una especie de manto/bata/vestido con una cantidad de pedrería dorada que no sería raro verle en otras ocasiones.
Pero la cosa se puso ‘hardcore’ cuando nos dimos cuenta de las verdaderas intenciones de Bey: una presentación que fue una oda a la maternidad, con ella como diosa principal. Sí, resultó recargado, pero nos puso a pensar a todos en la iconografía que esta idea trae encima. Hubo quienes mencionaron a Oshun, la diosa de la fertilidad africana, otros a deidades indias, otros a la Virgen María… siempre se agradece un ‘performance’ que lo ponga a uno a hacer la tarea, aunque bastante aburrido sí fue.
Para el final, después del velo y la tarjeta dorada y todo eso, Beyoncé viajó al mundo de los mortales con un vestido de lentejuela y escote rojos, también de Peter Dundas, al que solo le sobraba el collar.
Un vestido típico de JLo… escotazo, abertura en la pierna, un poco de drama. Le hubiera perdonado hasta el color lilita si no me hubiera desviado la atención esa maraña de tul que tiene en su cuello. Ese estilismo hubiera estado mucho mejor, con todo y tul si ella tuviera el cuello más largo y se hubiera recogido el cabello. Pero no, estamos presenciando como se la traga esa cosa que lleva en el vestido.
El vestido es una adaptación de la última colección de la firma que, francamente, pierde bastante de su intención original. Según Pantone, el verde es el color del año pero no estamos enamoradas de Adele en este look. Le pusieron tanta cosa para hacerlo acorde a ella que casi terminan jalándose un Frankendress en toda regla.
Logró lo que ninguna otra: verse realmente cool. Este look es joven, tiene onda, tendencia y es divertido. Pero le faltó el centavo para el peso y en este caso fueron dos: ese vestido está tan corto que seguro no se pudo agachar y ¿de dónde sacó esos zapatos tan feos?
Desastre. El nivel hubiera bajado si la falda de plumas fuera mucho más corta (hasta arriba de la rodilla, tal vez), pero creo que ni así se salvaría. Es una mala combinación de pelo muy amarillo, vestido muy brillante y una idea muy, muy fea. Es como si la parte de arriba quisiera ser un astronauta y la de abajo, un aparato de esos de limpiar chimeneas.
En el Super Bowl la criticaron por su ‘barriguita’ y ella dijo “¿saben qué? ¡Ahora me van a ver todo lo demás!”. Esto no sabemos si está bien o mal, porque es un regreso a sus disfraces de siempre, cosa que siempre es riesgosa porque uno no sabe con qué va a salir. Ella ya es un caso perdido así que… ¡siguiente!
Como por variar, ella abaratando cualquier cosa que se ponga encima. Esta falda es una de las cosas más lindas que he visto, como cualquier cosa de Armani, pero ¿por qué tenía que combinarla con ese crop top? ¿Para combinarlo con el tatuaje más corroncho de todos los tiempos? Pareciera que venía del gimnasio y solo encontró la falda, y como era negra dijo ¡combina!
Esto es todo lo que está mal en el mundo. Peinado de estúpida, cejas supercargadas y un vestido que tiene de todo y además está mal ajustado. ¿Por qué, Taraji?
A ella siempre le va bien con eso de ser cool, y en esta ocasión casi lo logra, pero a ese vestido le sobra el bolero de la manga, que parece que estuviera lista para planear por los aires. Pero para eso se necesitan los dos brazos… olvídenlo, ustedes me entienden.
¿Saben qué? Paulina Rubio se veía cool. Con todo y sus ‘granny panties’, su desnude y sus botines pesados. Se veía cool porque le salió bien el intento de rockera. Es un look que se ve bien pensado y ejecutado, y además se complementa bien con peinado y maquillaje. Bravo Pau, salvaste la patria.
Nosotras no creemos, pero ¿nos faltó alguien? Diganlo en los comentario. Ya sabemos que toda estamo esperando con ansias los Óscar...
Esto cada año se pone peor. Cada año, por los últimos cinco que hemos escrito de los Grammy, las cantantes se esmeran menos o se vuelven más locas, ninguna de las dos cosas nos cuadra.
Estos premios tienen una particularidad: el dress code es bastante flexible, porque en realidad no se trata de drama, como en los Óscar, sino en verse cool. Se supone que a los Grammy va a la gente con más onda en el mundo… pero nada que nos sorprenden. Este año, como dijo Melissa, absolutamente nadie fue bien vestido. Por eso decidimos no hacer nuestra lista de mejores y peores, sino hablar de las que había que hablar. Para bien o para mal… allá vamos.
Beyoncé en Peter Dundas (dos veces)
Por supuesto, la más esperada de la noche no pasó por la alfombra roja (se llama hacer crecer la expectativa, people). Todos esperábamos a Queen B con algo espectacular, pero creo que esto nos dejó con la boca abierta y no necesariamente para bien. En el escenario, la cantante nos mostró todo el esplendor de su embarazo en un conjunto de tanga dorada y luego una especie de manto/bata/vestido con una cantidad de pedrería dorada que no sería raro verle en otras ocasiones.
Pero la cosa se puso ‘hardcore’ cuando nos dimos cuenta de las verdaderas intenciones de Bey: una presentación que fue una oda a la maternidad, con ella como diosa principal. Sí, resultó recargado, pero nos puso a pensar a todos en la iconografía que esta idea trae encima. Hubo quienes mencionaron a Oshun, la diosa de la fertilidad africana, otros a deidades indias, otros a la Virgen María… siempre se agradece un ‘performance’ que lo ponga a uno a hacer la tarea, aunque bastante aburrido sí fue.
Para el final, después del velo y la tarjeta dorada y todo eso, Beyoncé viajó al mundo de los mortales con un vestido de lentejuela y escote rojos, también de Peter Dundas, al que solo le sobraba el collar.
Jennifer López en Ralph & Russo
Adele en Givenchy
El vestido es una adaptación de la última colección de la firma que, francamente, pierde bastante de su intención original. Según Pantone, el verde es el color del año pero no estamos enamoradas de Adele en este look. Le pusieron tanta cosa para hacerlo acorde a ella que casi terminan jalándose un Frankendress en toda regla.
Demi Lovato en Julien Macdonald
Demi no lo hizo tan mal esta vez, un vestido dorado con un escote atrevido (ya lo ha intentado otras veces y este es su mejor intento), pero ese pelo me quita las ganas de vivir. O mejor dicho, me dan ganas de matarlo. Entiéndanlo de una buena vez: hay pelos largos bonitos, pero el pelo debajo de la cintura no entra en esa categoría. Se ve feo. Punto. ¿Dónde quedaron mis tijeras?
Heidi Klum en Philipp Plein
Logró lo que ninguna otra: verse realmente cool. Este look es joven, tiene onda, tendencia y es divertido. Pero le faltó el centavo para el peso y en este caso fueron dos: ese vestido está tan corto que seguro no se pudo agachar y ¿de dónde sacó esos zapatos tan feos?
Katy Perry en Tom Ford
Desastre. El nivel hubiera bajado si la falda de plumas fuera mucho más corta (hasta arriba de la rodilla, tal vez), pero creo que ni así se salvaría. Es una mala combinación de pelo muy amarillo, vestido muy brillante y una idea muy, muy fea. Es como si la parte de arriba quisiera ser un astronauta y la de abajo, un aparato de esos de limpiar chimeneas.
Lady Gaga en Alex Ulichny
En el Super Bowl la criticaron por su ‘barriguita’ y ella dijo “¿saben qué? ¡Ahora me van a ver todo lo demás!”. Esto no sabemos si está bien o mal, porque es un regreso a sus disfraces de siempre, cosa que siempre es riesgosa porque uno no sabe con qué va a salir. Ella ya es un caso perdido así que… ¡siguiente!
Rihanna en Armani Prive
Como por variar, ella abaratando cualquier cosa que se ponga encima. Esta falda es una de las cosas más lindas que he visto, como cualquier cosa de Armani, pero ¿por qué tenía que combinarla con ese crop top? ¿Para combinarlo con el tatuaje más corroncho de todos los tiempos? Pareciera que venía del gimnasio y solo encontró la falda, y como era negra dijo ¡combina!
Taraji P. Henson
Esto es todo lo que está mal en el mundo. Peinado de estúpida, cejas supercargadas y un vestido que tiene de todo y además está mal ajustado. ¿Por qué, Taraji?
Solange Knowles en Gucci
A ella siempre le va bien con eso de ser cool, y en esta ocasión casi lo logra, pero a ese vestido le sobra el bolero de la manga, que parece que estuviera lista para planear por los aires. Pero para eso se necesitan los dos brazos… olvídenlo, ustedes me entienden.
Paulina Rubio
¿Saben qué? Paulina Rubio se veía cool. Con todo y sus ‘granny panties’, su desnude y sus botines pesados. Se veía cool porque le salió bien el intento de rockera. Es un look que se ve bien pensado y ejecutado, y además se complementa bien con peinado y maquillaje. Bravo Pau, salvaste la patria.
Nosotras no creemos, pero ¿nos faltó alguien? Diganlo en los comentario. Ya sabemos que toda estamo esperando con ansias los Óscar...
Jajajaja lo estaba esperando porque tampoco me gustó ningún vestido. Faltó Celine Dion. Y no creo que Gaga sea un caso perdido. La intención de ella es esa. No entran en ningún concepto de moda. Creo que hace un buen trabajo en eso y se lo aplaudo.
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