Ixel Moda 2017: queremos más
Por Meli.
Ixel Moda tiene un lugar especial en mi corazón. Fue el primer evento de moda que cubrí como periodista y fue en ese congreso en donde me di cuenta de que se podía hacer periodismo serio y riguroso en esta industria.
Así que volver después de dos años de su última edición (2015, a la que no pude asistir) tenía todo el peso de las expectativas de estudiantes, profesionales, académicos, diseñadores y medios de comunicación.
Creemos que el espacio que brinda Ixel Moda como congreso latinoamericano es absolutamente necesario en Colombia, pero la sensación en general que me quedó después de dos días de congreso fue de querer más: más conferencias, más paneles, más pasarelas, más de todo.
Sentí que la fuerza con la que volvió el evento después de dos años (porque ahora es bienal) no fue suficiente. No me malinterpreten: no quiero decir que el evento fue malo, sino que en términos de envergadura esperaba más.
Algunas de las conferencias, aunque interesantes, se percibieron un tanto alejadas del eje temático del congreso, que fue ‘De la idea a la venta… Integralidad de la Moda... Idear, diseñar, confeccionar, mercadear, vender’. Por ejemplo, la de apertura, a cargo de Cristina Morozzi, directora Académica del Instituto Marangoni, quien se enfocó en diseño de mobiliario.
En cambio, las intervenciones de Liliana Sanguino (Senior Lecturer del programa de BA Fashion Marketing and Promotion en la Universidad de Westminster) y Eef Vicca (directora de Marketing de Factory PR, agencia responsable de cuentas como Macy’s, Mango, Betsey Johnson, Hurley y Steve Madden, entre otras), fueron no solo informativas y esclarecedoras sino verdaderamente inspiradoras. Mostraron lo que se está haciendo en términos de moda e industria en otras partes del mundo y, más importante aún, lo mucho que todavía se puede hacer.
Según las cifras finales de los organizadores, más de mil participantes del sistema moda se dieron cita en el Centro del Convenciones del hotel Las Américas de Cartagena. Sin embargo, vi con tristeza poca afluencia de asistentes en algunos espacios académicos muy valiosos, como la mesa temática ‘Contenidos Online: Lo bueno lo malo y lo feo... ¿Hacia dónde van? ¿Cuál es su papel dentro de la industria?’, que contó con voces experimentadas dentro de los medios de comunicación y agencias relacionadas con la industria de la moda.
Eso sí, entre los asistentes se vieron numerosas personas de fuera de Colombia —además de varios diseñadores nacionales de gran proyección—, lo que confirma que el congreso sigue estando vigente.
Otra cosa para aplaudir fue la programación por fuera del Centro de Convenciones, abierta al público. Aunque no tuve la oportunidad de asistir, me parece fabuloso que se busque llegar a un público más amplio.
En términos de logística, la programación estuvo ligeramente retrasada (algo que tristemente es común en el Caribe colombiano), y a pesar de los mejores esfuerzos del equipo de staff y de los encargados de manejar a la prensa local y regional: soy completamente consciente de que la mayoría de las tardanzas se deben a que el público o los periodistas no estaban a tiempo en los lugares indicados.
Esto se pudo apreciar claramente en las pasarelas más importantes del evento (Hernán Zajar el primer día y Beatriz Camacho el segundo), que empezaron más tarde de lo programado porque a última hora todavía estaban llegando invitados, y nadie quiere empezar el show por el que tanto trabajó si no han llegado todos los asistentes. Es un tema delicado, porque también hay que tener respeto y consideración con la agenda establecida y el personal que sí llegó a tiempo.
En la pasarela de cierre también hubo una situación que lamentar: al parecer, un número indeterminado de personas se quedaron, con boleta en mano, por fuera del recinto en donde se realizó el desfile de Beatriz Camacho. No sabemos si se debió a se entregaron muchas más entradas para el desfile que la capacidad del salón, o si estas personas llegaron excesivamente tarde, pero en todo caso, fue el lunar de la noche, que por lo demás fue impecable (sabrán más de este desfile en un próximo artículo).
En resumen, Ixel Moda 2017 tuvo muchos más aciertos que desaciertos, pero lo queremos ver de nuevo en su mayor gloria, atrayendo otra vez a todo el personal de la industria de la moda que está ávido de adquirir y compartir conocimiento. Con suerte, dentro de dos años volverá más fortalecido.
Ixel Moda tiene un lugar especial en mi corazón. Fue el primer evento de moda que cubrí como periodista y fue en ese congreso en donde me di cuenta de que se podía hacer periodismo serio y riguroso en esta industria.
Eef Vicca, directora de Marketing de Factory PR. |
Así que volver después de dos años de su última edición (2015, a la que no pude asistir) tenía todo el peso de las expectativas de estudiantes, profesionales, académicos, diseñadores y medios de comunicación.
Creemos que el espacio que brinda Ixel Moda como congreso latinoamericano es absolutamente necesario en Colombia, pero la sensación en general que me quedó después de dos días de congreso fue de querer más: más conferencias, más paneles, más pasarelas, más de todo.
Sentí que la fuerza con la que volvió el evento después de dos años (porque ahora es bienal) no fue suficiente. No me malinterpreten: no quiero decir que el evento fue malo, sino que en términos de envergadura esperaba más.
Algunas de las conferencias, aunque interesantes, se percibieron un tanto alejadas del eje temático del congreso, que fue ‘De la idea a la venta… Integralidad de la Moda... Idear, diseñar, confeccionar, mercadear, vender’. Por ejemplo, la de apertura, a cargo de Cristina Morozzi, directora Académica del Instituto Marangoni, quien se enfocó en diseño de mobiliario.
Liliana Sanguino. |
En cambio, las intervenciones de Liliana Sanguino (Senior Lecturer del programa de BA Fashion Marketing and Promotion en la Universidad de Westminster) y Eef Vicca (directora de Marketing de Factory PR, agencia responsable de cuentas como Macy’s, Mango, Betsey Johnson, Hurley y Steve Madden, entre otras), fueron no solo informativas y esclarecedoras sino verdaderamente inspiradoras. Mostraron lo que se está haciendo en términos de moda e industria en otras partes del mundo y, más importante aún, lo mucho que todavía se puede hacer.
Según las cifras finales de los organizadores, más de mil participantes del sistema moda se dieron cita en el Centro del Convenciones del hotel Las Américas de Cartagena. Sin embargo, vi con tristeza poca afluencia de asistentes en algunos espacios académicos muy valiosos, como la mesa temática ‘Contenidos Online: Lo bueno lo malo y lo feo... ¿Hacia dónde van? ¿Cuál es su papel dentro de la industria?’, que contó con voces experimentadas dentro de los medios de comunicación y agencias relacionadas con la industria de la moda.
Eso sí, entre los asistentes se vieron numerosas personas de fuera de Colombia —además de varios diseñadores nacionales de gran proyección—, lo que confirma que el congreso sigue estando vigente.
Otra cosa para aplaudir fue la programación por fuera del Centro de Convenciones, abierta al público. Aunque no tuve la oportunidad de asistir, me parece fabuloso que se busque llegar a un público más amplio.
Pilar Luna, Juliana Villegas (Fucsia), Natalia Díaz (El Tiempo) y Víctor Megido (IED Brasil) en la mesa temática de Contenidos Online. |
En términos de logística, la programación estuvo ligeramente retrasada (algo que tristemente es común en el Caribe colombiano), y a pesar de los mejores esfuerzos del equipo de staff y de los encargados de manejar a la prensa local y regional: soy completamente consciente de que la mayoría de las tardanzas se deben a que el público o los periodistas no estaban a tiempo en los lugares indicados.
Esto se pudo apreciar claramente en las pasarelas más importantes del evento (Hernán Zajar el primer día y Beatriz Camacho el segundo), que empezaron más tarde de lo programado porque a última hora todavía estaban llegando invitados, y nadie quiere empezar el show por el que tanto trabajó si no han llegado todos los asistentes. Es un tema delicado, porque también hay que tener respeto y consideración con la agenda establecida y el personal que sí llegó a tiempo.
En la pasarela de cierre también hubo una situación que lamentar: al parecer, un número indeterminado de personas se quedaron, con boleta en mano, por fuera del recinto en donde se realizó el desfile de Beatriz Camacho. No sabemos si se debió a se entregaron muchas más entradas para el desfile que la capacidad del salón, o si estas personas llegaron excesivamente tarde, pero en todo caso, fue el lunar de la noche, que por lo demás fue impecable (sabrán más de este desfile en un próximo artículo).
En resumen, Ixel Moda 2017 tuvo muchos más aciertos que desaciertos, pero lo queremos ver de nuevo en su mayor gloria, atrayendo otra vez a todo el personal de la industria de la moda que está ávido de adquirir y compartir conocimiento. Con suerte, dentro de dos años volverá más fortalecido.
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