La elegancia tropical de Beatriz Camacho
Por Melissa Zuleta Bandera.
Ver en pasarela una colección maravillosa nos produce a los entusiastas de la moda una sensación única. Es una mezcla entre calidez, emoción, euforia y enamoramiento. Se siente como si nos devolvieran la fe en la humanidad. Y así nos sentimos todos los asistentes a la pasarela de Beatriz Camacho en Ixel Moda.
La colección Resort 2017 de la diseñadora cartagenera no puede describirse sino como impecable: en sus formas, siluetas, colores, estampados, apliques, tono y fondo.
El tema fue la riqueza botánica del trópico y del mar, y entre una abundancia de propuestas de este tipo que permearon el mercado en temporadas pasadas, la de Camacho se siente absolutamente novedosa y fresca, como si fuera la primera en abrazar la tendencia.
Fueron 36 looks que visten a la mujer colombiana (y de cualquier parte del mundo) para todas sus ocasiones y momentos. Blusas, camisas deconstruidas, vestidos, faldas, sobrefaldas y enterizos de total versatilidad hicieron parte de la propuesta, caracterizada por largos asimétricos y constantes acentos en la cintura.
La diseñadora se valió de sedas, chiffon, shantung y algodón matizados en tonos rosa, verde, gris, granate, bambú, azul índigo y naranja pimienta. Los estampados de hojas y palmas fueron el hilo conductor de la colección: solos y combinados, opacos y traslúcidos. Camacho supo usarlos de la forma más armoniosa posible.
Complementaron la colección prendas a rayas en blanco y azul, en denim, con cortes láser en forma de hojas y otras totalmente recamadas en canutillos, mostacillas y lentejuelas: un toque de brillo y glamour que llegó de manera inesperada para cerrar la pasarela.
Sobra decir que todos los que la presenciamos quedamos extasiados. Puede ser una de las más bellas y completas colecciones que hemos visto de Beatriz Camacho, y por ello solo podemos darle una ovación de pie.
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| Fotos: Cámara Lúcida. |
La colección Resort 2017 de la diseñadora cartagenera no puede describirse sino como impecable: en sus formas, siluetas, colores, estampados, apliques, tono y fondo.
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El tema fue la riqueza botánica del trópico y del mar, y entre una abundancia de propuestas de este tipo que permearon el mercado en temporadas pasadas, la de Camacho se siente absolutamente novedosa y fresca, como si fuera la primera en abrazar la tendencia.
Fueron 36 looks que visten a la mujer colombiana (y de cualquier parte del mundo) para todas sus ocasiones y momentos. Blusas, camisas deconstruidas, vestidos, faldas, sobrefaldas y enterizos de total versatilidad hicieron parte de la propuesta, caracterizada por largos asimétricos y constantes acentos en la cintura.
La diseñadora se valió de sedas, chiffon, shantung y algodón matizados en tonos rosa, verde, gris, granate, bambú, azul índigo y naranja pimienta. Los estampados de hojas y palmas fueron el hilo conductor de la colección: solos y combinados, opacos y traslúcidos. Camacho supo usarlos de la forma más armoniosa posible.
Complementaron la colección prendas a rayas en blanco y azul, en denim, con cortes láser en forma de hojas y otras totalmente recamadas en canutillos, mostacillas y lentejuelas: un toque de brillo y glamour que llegó de manera inesperada para cerrar la pasarela.
Sobra decir que todos los que la presenciamos quedamos extasiados. Puede ser una de las más bellas y completas colecciones que hemos visto de Beatriz Camacho, y por ello solo podemos darle una ovación de pie.
Está más que espectacular. Pero la falda azul me recuerda mucho a una blusa de Gucci verde.
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