NYFW: Entre el neón y los diseñadores wannabe
Por Jen
Llegó a su final una edición más de NYFW. Una que sentí especialmente cercana, por la oportunidad de asistir a más eventos y ver de cerca las experiencias relacionadas con el evento que, como ya les había comentado antes, es más que una serie de pasarelas, es un evento en el que se vuelca la ciudad entera y se convierte en el epicentro de la semana para muchos de los involucrados en otras industrias, como el turismo y la hospitalidad (hoteles, restaurantes, etc).
En esta ocasión, pudimos ver algunos regresos físicos a la programación de los desfiles (Rodarte, por ejemplo, luego de estar algún tiempo presentándose en Londres) y también el 'regreso' creativo de algunos diseñadores de nuestros amores (ya ahorita se darán cuenta de quién hablo pero seguro ya saben), armados de un poquito de polémica y hasta una pelea que nafda tuvo que ver con la moda pero que terminó empañando una gran colección. Pero como esto noes un blog de celebridades sino de moda., les traemos algunas de las colecciones que más llamaron nuestra atención durante New York Fashion Week, preparados para una primavera que nos devuelve a hace un par de años, cuando el neón era rey (¿alguien guardó los satchels?).
Desde hace tiempo, Christian Siriano hizo público su compromiso de vestir a la mujer sin distinción de tallas, y esto se hace claro cuando se trata de vestirlas para los climas más cálidos. El carismático diseñador, que ha asegurado en otras ocasiones que quiere que mujeres como su mamá y su hermana, que no son talla cero ni modelos, puedan encontrar ropa hermosa en sus colecciones, volvió a presentar un trabajo coherente con esta idea y decidió no esconder a las modelos de talla grande bajo la uniformidad del negro. Al contrario, para su colección ss19 creó un sueño de vacaciones tropicales, en los que el negro jugó de acompañante del animal print, el verde, rosa y azul neón, que fueron las verdaderas estrellas. Siriano no se guardó nada y mostró vestidos ceñidos, faldas princesa llenas de tul y un infaltable en cualquier colección en nuestros tiempos: el power suit.
Mención especial también para su voz política: aunque fue una sola, la camiseta de 'Vote for Cynthia' resonó bastante entre los asistentes. Y pensar que hay quienes siguen diciendo que la moda y la política nada que ver...
En su reseña para el New York Times (que pueden leer en inglés aquí), Vanessa Friedman resaltó que la colección de Tom Ford fue una oda a la elegancia, al ready-to-wear que enamoró a la moda y en el que no se veían los tenis. Yo celebro eso, no solo porque le fangirlee a Vanessa cada vez que puedo, sino porque da gusto encontrar diseñadores que no tienen que pegarse de cualquier cosa para resonar, así no vaya con su estilo. Tom Ford es un rebelde que sigue sus propias ideas, sin importar la estación o el momento, y esta no fue la excepción: uniformó a sus mujeres de faldas lápiz y chaquetas de cuero con texturas, blazers estructurados y algunos toques de encaje y tul, todo pensando en una fémina poderosa y que no le tiene miedo a nada. A los hombres, también los llevó por una estética muy suya: trajes con estrustura y toques 'dandy' en algunos tonos de 'nude' y lila (con textura, para crear una sensación unisex) con las mujeres, todo con ese toque de elegancia en un mundo en el que 'athleisure' no tiene cabida.
Ok, llegó el momento de opinión. De entrada, si usted es asiduo de este blog sabe que Marc Jacobs es uno de mis diseñadores favoritos y que ejercer la imparcialidad cuando se trata de èl es una tarea titànica para mi. Ahora, vamos a los hechos: el desfile comenzó tarde, MUY TARDE, y no hay excusa para eso. Luego èl se disculpó en un post de Instagram alegando temas técnicos y demás, pero la realidad es que empezar un desfile una hora y media tarde, no es muy excusable que digamos. SIN EMBARGO, Marc Jacobs es uno de los diseñadores más tarscendentales de nuestros tiempos, así que uno no entiende cuál es la bulla por un tema que a cualquiera se le puede salir de las manos. ¿Que hubo gente que se fue porque tenían vuelos? Respetable. ¿Que hubo gente que prefirió irse porque iban a llegar tarde a ver el 'desfile' de Savage x Fenty, la línea de ropa interior de Rihanna? ¿¡CÒMO!?
Me perdonarán los fans de Riri (que dicho sea de paso, no es de los amores de este blog), pero si uno está invitado a los dos desfiles y decide no quedarse a ver a Marc Jacobs por irse a ver ropa interior, tiene que reevaluarse. Primero, porque la ropa interior básicamente es lo mismo siempre y cranearte un show no te hace diseñadora así pongas modelos de todas las tallas (Momento #AmigaDateCuenta) y segundo, porque casualmente esa vez que estuvo tarde, Marc presentó una de las mejores colecciones de su historia reciente. Hubo pantalones estilo 'paperbag', faldas a la cintura en corte A y vestidos hechos con una sastrería impecable, así como boleros, tules y flores gigantes de seda que nos hicieron suspirar. El neoyorquino no escatimó en la cuota de drama, y puso en la pasarela prendas para esas 'showgirls' de las que parecía haberse despedido cuando se fue de Louis Vuitton (y rompió mi corazón en mil pedazos). Mención especial para la forma como llevó el rosa del pastel al fucsia, combinado con naranja y plumas para crear toda una expresión multicolor.
La firma es una de las tantas de NYFW que hace un tiempo abandonó la idea del desfile y se decantó por una presentación más pequeña y sobria, solo para prensa especializada. Fieles a su estética juvenil y juguetona, le apostaron todo al color para esta primavera, con el amarillo limón como caballito de batalla. Maxivestidos ultrafemeninos, con cinturas marcadas y corte halter; estampados bohemios y florales contrastaron con power suits de pantalones palazzo, combinados a un solo tono y sin una pizca de miedo a resaltar.
En esta colección no hay básicos: los únicos neutros sirven el propósito de la primavera a manera de rayas y looks unicolor que no tienen nada de simple, pero resultan bellos y poderosos.
Esta marca es la nueva transgesora del patio del colegio, el nuevo niño 'cool' de la clase. Desde hace un par de temporadas, cuando comenzaron a incorporar todo tipo de tallas y siluetas (ellos fueron de los primeros en poner a una embarazada en la pasarela, toma lo tuyo Rihanna) y a presentar sus colecciones en un estudio en Bushwick, lejos de Spring Studios y el bullicio de Manhattan, se desmaracaron de la escena mainstream y quisieron hacer las cosas a su ritmo. Sin embargo, el resultado no había tenido un balance indicado hasta ahora, que presentaron una colección que grita independencia, pero también diseño de grandes ligas. Chauquetas bien construidas, pantalones con ajustes que funcionan a diferentes tallas, y prendas clásicas en general con un toque edgy: eso es ser verdaderamente innovador, reinventar lo mismo y abrir el espectro de lo que ya conocemos en vez de poner en la pasarela cosas que nadie se pondría. Y lo de Eckhaus Latta, como ellos, se lo pondría el niño cool del colegio, pero de cualquier clase, color y talla. Y eso es maravilloso.
De lo 'cool' pasamos a lo ensoñador, con una particularidad: después de la sentida despedida de la legendaria Carolina Herrera como diseñadora de su marca la temporada pasada, todos estábamos a la expectativa por ver lo que Wes Gordon tenía preparado para continuar con el legado de una de las mujeres que más clase y distinción le ha puesto al diseño latino, al que elevó a la categoría de lujo mundial. Y parece que Gordon pasó el examen con creces.
En la pasarela vimos la estela de femineidad que ha caracterizado siempre a la firma, con pequeñas licencias creativas que resultan válidas para un debut: estampados mínimos (con excepción de unas flores de gran tamaño en un par de faldas), botas altas con bordados y crop tops, que se mezclaron con la impecable sastrería de blazers en colores claros,crochet, faldas lápiz y otras de cortes en A, todo muy lady-like, muy Carolina Herrera, pero con un aire fresco que en unas cuantas temporadas sabremos si llegó para quedarse.
Hay cosas que nunca cambian, y una de ellas es nuestro amor por los vestidos ultrafemeninos y románticos, como los de Monique Lhuillier. Claro, en la vida hay espacio para todo y las tendencias son una maravilla de ver y vestir, pero las piezas ensoñadoras alimentan nuestro amor por la moda (el de Jeniffer y Melissa, que nadie se tome esto literal). Y esta presentación de ML no fue la excepción, uno no sabe qué pieza es más bella que la anterior, y todo, como con Tom Ford, en medio de sus propias reglas. Tules de colores nude y también otros más serios como azul noche y negro, flores
(para primavera, qué innovador) y algunos toques de azules, verdes y rosas para alegrar la temporada. No hay nada transgresor, no hay nada que no se haya hecho antes: solo ropa hecha para una mujer que sueña con ese vestido en su clóset para un día especial, y que ama lo clásico con un toque de modernidad.
Nepal. Allá, por esos lados para los que casi nadie mira nunca, nació Prabal Gurung, en medio de mujeres de pueblos pequeños que celebraban el color, como quiso hacerlo él en esta colección. Y para esas mismas mujeres, el diseñador reafirmó un compromiso del que también hace parte hace tiempo: crear para la diversidad, para todo tipo de cuerpo. Hubo neones, colores fuertes mezclados con blanco, boleros y sportswear. Importante hacer zoom a los bloques de color, una tendencia de hace años (por la misma época en que los neón eran estrellas) que parece querer volver, muy a mi pesar.
Y también importante resaltar la inclusión de hombres en el trabajo de la marca, sobre los cuales Prabal dijo se había sentido muy "cómodo" diseñando. Y se notó. Fue una inclusión orgánica, casi que basada en la ausencia de roles de género. Para Prabal los colores no son exclusivos de ellas o ellos, y muchas de las siluetas, tampoco.
Fotos: WWD y Vogue Runway |
En esta ocasión, pudimos ver algunos regresos físicos a la programación de los desfiles (Rodarte, por ejemplo, luego de estar algún tiempo presentándose en Londres) y también el 'regreso' creativo de algunos diseñadores de nuestros amores (ya ahorita se darán cuenta de quién hablo pero seguro ya saben), armados de un poquito de polémica y hasta una pelea que nafda tuvo que ver con la moda pero que terminó empañando una gran colección. Pero como esto noes un blog de celebridades sino de moda., les traemos algunas de las colecciones que más llamaron nuestra atención durante New York Fashion Week, preparados para una primavera que nos devuelve a hace un par de años, cuando el neón era rey (¿alguien guardó los satchels?).
Christian Siriano
Desde hace tiempo, Christian Siriano hizo público su compromiso de vestir a la mujer sin distinción de tallas, y esto se hace claro cuando se trata de vestirlas para los climas más cálidos. El carismático diseñador, que ha asegurado en otras ocasiones que quiere que mujeres como su mamá y su hermana, que no son talla cero ni modelos, puedan encontrar ropa hermosa en sus colecciones, volvió a presentar un trabajo coherente con esta idea y decidió no esconder a las modelos de talla grande bajo la uniformidad del negro. Al contrario, para su colección ss19 creó un sueño de vacaciones tropicales, en los que el negro jugó de acompañante del animal print, el verde, rosa y azul neón, que fueron las verdaderas estrellas. Siriano no se guardó nada y mostró vestidos ceñidos, faldas princesa llenas de tul y un infaltable en cualquier colección en nuestros tiempos: el power suit.
Mención especial también para su voz política: aunque fue una sola, la camiseta de 'Vote for Cynthia' resonó bastante entre los asistentes. Y pensar que hay quienes siguen diciendo que la moda y la política nada que ver...
Tom Ford
Marc Jacobs
Ok, llegó el momento de opinión. De entrada, si usted es asiduo de este blog sabe que Marc Jacobs es uno de mis diseñadores favoritos y que ejercer la imparcialidad cuando se trata de èl es una tarea titànica para mi. Ahora, vamos a los hechos: el desfile comenzó tarde, MUY TARDE, y no hay excusa para eso. Luego èl se disculpó en un post de Instagram alegando temas técnicos y demás, pero la realidad es que empezar un desfile una hora y media tarde, no es muy excusable que digamos. SIN EMBARGO, Marc Jacobs es uno de los diseñadores más tarscendentales de nuestros tiempos, así que uno no entiende cuál es la bulla por un tema que a cualquiera se le puede salir de las manos. ¿Que hubo gente que se fue porque tenían vuelos? Respetable. ¿Que hubo gente que prefirió irse porque iban a llegar tarde a ver el 'desfile' de Savage x Fenty, la línea de ropa interior de Rihanna? ¿¡CÒMO!?
Me perdonarán los fans de Riri (que dicho sea de paso, no es de los amores de este blog), pero si uno está invitado a los dos desfiles y decide no quedarse a ver a Marc Jacobs por irse a ver ropa interior, tiene que reevaluarse. Primero, porque la ropa interior básicamente es lo mismo siempre y cranearte un show no te hace diseñadora así pongas modelos de todas las tallas (Momento #AmigaDateCuenta) y segundo, porque casualmente esa vez que estuvo tarde, Marc presentó una de las mejores colecciones de su historia reciente. Hubo pantalones estilo 'paperbag', faldas a la cintura en corte A y vestidos hechos con una sastrería impecable, así como boleros, tules y flores gigantes de seda que nos hicieron suspirar. El neoyorquino no escatimó en la cuota de drama, y puso en la pasarela prendas para esas 'showgirls' de las que parecía haberse despedido cuando se fue de Louis Vuitton (y rompió mi corazón en mil pedazos). Mención especial para la forma como llevó el rosa del pastel al fucsia, combinado con naranja y plumas para crear toda una expresión multicolor.
Alice + Olivia
En esta colección no hay básicos: los únicos neutros sirven el propósito de la primavera a manera de rayas y looks unicolor que no tienen nada de simple, pero resultan bellos y poderosos.
Eckhaus Latta
Carolina Herrera
En la pasarela vimos la estela de femineidad que ha caracterizado siempre a la firma, con pequeñas licencias creativas que resultan válidas para un debut: estampados mínimos (con excepción de unas flores de gran tamaño en un par de faldas), botas altas con bordados y crop tops, que se mezclaron con la impecable sastrería de blazers en colores claros,crochet, faldas lápiz y otras de cortes en A, todo muy lady-like, muy Carolina Herrera, pero con un aire fresco que en unas cuantas temporadas sabremos si llegó para quedarse.
Monique Lhuillier
Hay cosas que nunca cambian, y una de ellas es nuestro amor por los vestidos ultrafemeninos y románticos, como los de Monique Lhuillier. Claro, en la vida hay espacio para todo y las tendencias son una maravilla de ver y vestir, pero las piezas ensoñadoras alimentan nuestro amor por la moda (el de Jeniffer y Melissa, que nadie se tome esto literal). Y esta presentación de ML no fue la excepción, uno no sabe qué pieza es más bella que la anterior, y todo, como con Tom Ford, en medio de sus propias reglas. Tules de colores nude y también otros más serios como azul noche y negro, flores
(para primavera, qué innovador) y algunos toques de azules, verdes y rosas para alegrar la temporada. No hay nada transgresor, no hay nada que no se haya hecho antes: solo ropa hecha para una mujer que sueña con ese vestido en su clóset para un día especial, y que ama lo clásico con un toque de modernidad.
Prabal Gurung
Y también importante resaltar la inclusión de hombres en el trabajo de la marca, sobre los cuales Prabal dijo se había sentido muy "cómodo" diseñando. Y se notó. Fue una inclusión orgánica, casi que basada en la ausencia de roles de género. Para Prabal los colores no son exclusivos de ellas o ellos, y muchas de las siluetas, tampoco.
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